A LA HORA DE ELEGIR

Me pasó una, dos, tres, cuatro veces. Llegás a un lugar de pesca y el guía te dice: “anda muy bien el cardenal”. Y justo ese color no lo tenés en la caja. O tu compañero de pesca empieza a tener piques con el fire tiger. Y compraste mil colores, pero ese, ese, no. Ni qué decir con los tamaños de paleta o los distintos modelos. Siempre me acuerdo cuando en La Paz, mis amigos habían llevado señuelos de paleta corta en abundancia. Algunos con paleta 2 o mediana. Resulta que encontramos los dorados en un pozo a 5 metros. ¡Cómo me salvaron unos gordos paletudos que no dejé en casa!

Varias personas me preguntaron para qué llevar tantos señuelos a una pesca, “si, al final, usamos siempre tres o cuatro”. Mi respuesta es que, si bien actualmente la información es mucho más fluida con el guía de pesca o quien conoce la actualidad de ese pesquero, gracias a las redes sociales y el whatsapp, a veces no sabés cuáles van a ser esos “tres o cuatro”.

Entonces siempre gana el que tiene variedad. ¿Variedad de qué? Colores, paletas, modelos. Obviamente que no hablo de una exageración de llevar diez bolsos. Pero, dentro de lo que el presupuesto y una lógica cantidad de equipaje te lo permita, la mayor cantidad. En los viajes internacionales esto tiene otra limitación: el peso de los bolsos si usás avioneta o hidroavión. En la Argentina, lo fundamental es que no les ocupes toda la lancha a tus compañeros.

Las cajas compartimentadas y transparentes son una gran ayuda. Tenés los señuelos sueltos en un espacio grande se convierte en un peligro cuando tenés que buscar el que vas a usar, sobre todo, si la lancha se mueve por el oleaje o si tu cerebro se mueve a mil porque hay que tirarle al único palo que hay en cien kilómetros a la redonda.

“Orden y progreso” dice la bandera de Brasil. Es el mismo lema para pescar mejor con señuelos: buena variedad y calidad, conocimiento previo de qué material usar, ese mismo material bien preparado y guardado en cajas accesibles y fáciles de usar. Como el fútbol, la pesca es sencilla. No hace falta complicarla, pero si, como en cualquier deporte, trazarnos la mejor estrategia con los mejores materiales a los que podamos acceder.

NÉSTOR SAAVEDRA