¿QUIÉN UNIÓ A ST. CROIX Y BREAKING BAD?

Gordon Schluter tenía un espíritu emprendedor inquebrantable y nunca temía los riesgos. Le apasionaba especialmente una fábrica de cañas ubicada en el centro de la pequeña ciudad de Wisconsin que amaba. Esa pasión lo llevó a erigir la empresa de cañas más grande de Estados Unidos: St. Croix Rod Company.

Schluter nació el 29 de agosto de 1921 en el pequeño pueblo de Sedan, Minnesota. Sirvió a su país durante la Segunda Guerra Mundial como piloto de portaaviones de la Marina, conduciendo bombarderos torpederos sobre el Pacífico.

En 1945, asistió a la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Minnesota. Más tarde completó un programa de capacitación gerencial con Gambles-Skogmo Company, luego de lo cual aceptó un puesto con ellos como gerente de una de sus tiendas minoristas en Edina. En junio de 1947, Schluter se casó con Irene Nelson y conocieron Park Falls en 1951. Rápidamente quedaron cautivados por la pequeña e industriosa ciudad.

En 1960, Schluter formaba parte de un grupo de cinco empresarios de Park Falls que invirtieron en St. Croix Rod Company. Trabajó para esta fábrica varias veces, y finalmente se convirtió en su director ejecutivo, antes de irse en 1968 a buscar oportunidades comerciales en Nuevo México.

Durante unas vacaciones en Albuquerque, quedó encantado con la zona: por eso, compró el Crossroads Motel y trasladó a su familia a esta ciudad. Este motel se ve hoy en episodios de Breaking Bad.

“Mi padre era un tipo arriesgado –dijo Pam Schluter Smylie–. Compró y dirigió estaciones de radio, así como un restaurante y tres hoteles. Recuerdo estar sentado con él en el automóvil mirando el Gas Light Hotel, mientras explicaba su visión de renovar y cambiar la propiedad. Como todas sus empresas comerciales, tuvo éxito. Cuando tenía una visión empresarial, la hacía realidad.”

En la década de 1980, Gordon se convirtió en el único propietario de St. Croix. Para colaborar con la fábrica invitó a sus hijos Paul, Jeff y David. “Una historia de fabricación única, St. Croix pasó de estar casi en quiebra en 1977 a ser una empresa muy viable”, dijo el primero. “Muchas empresas en una situación tan desesperada a fines de los años 70 y 80 se hundieron. St. Croix también se habría hundido, si no fuera por la dedicación de Gordon Schluter. Literalmente vertió los ahorros de su vida en ella y arriesgó todo lo que poseía en un momento en que podría haber tenido una jubilación cómoda”.

En 1990, Gordon se retiró oficialmente a los 69 años. Sus cuatro hijos le compraron la empresa. Falleció el 8 de abril de 2005.

Gordon se unió a un estimado grupo de personas en el Salón de la Fama de la Pesca de Agua Dulce. Colectivamente, han tenido un gran impacto en el crecimiento del deporte de la pesca. En marzo de 2017, Paul Schluter aceptó la placa en nombre de su padre durante el Northwest Sports Show en Minneapolis, Minnesota.

Fuente: anglingbuzz.com